jueves, 6 de marzo de 2014

Crónica XVI Maratón Espadan - Jose Luis

MARATON DE ESPADAN


Todo empezó el sábado 22 de febrero con la recogida de dorsales, a la cual las ratas fuimos acudiendo a nuestro aire, algunas ratas tuvieron dorsal de “pro”…otros como yo no, jejeje

Después como todos los años se realizaron unas charlas, la técnica y una mesa redonda con los corredores invitados, las cuales este año dejaron mucho que desear en comparación a ediciones anteriores.

Corredores de la comarca
De hay todos a cenar y a la cama, que las ratas quedamos a las 8’00h para ir calentando, y a la posterior foto rata y foto con los demás corredores comarcales. En esta ocasión nos falto una de las ratas que fue algo dormilona y acudio a las 8’40h, pero…consiguió su foto rata.

La Ratica Corredorica


Pero…vamos al grano. ¡¡¡¡ya tenemos ganas de que empiece la carrera!!!!

A las 9’00h se dio la salida y las ratas Víctor y Jose Luis cogieron un ritmo rápido para intentar evitar el embudo de rascaña. En cambio, las ratas Vicente, Nacho y Alfredo se quedaron rezagados e imponiendo un ritmo demoledor, el tan tenido ritmo “tractor”. Pero tuvieron la mala suerte de pillar el temido embudo de rascaña y llegaron al km5 en 1h.

Desde aquí se cuenta la visión de la rata Jose luis

Desde la salida iba cumpliendo los objetivos marcados para hacer la carrera y el tiempo deseado, pero a la vez que conseguía estos objetivos, la cabeza se iba descentrando y agobiándome debido a la masificación de corredores, impidiéndome disfrutar de la carrera y de algunos tramos de la montaña.

Pero…¡¡¡Seguíamos hacia delante!!!

A la llegada a la cueva del estuco km21. me encontré con una gran afición, amigos y mi novia, que me preguntaba ¿Cómo te encuentras? (Me veía agobiado) obteniendo como respuesta de piernas muy bien, pero la cabeza no me va.

 Decidí parar en el avituallamiento, relajarme y seguir la marcha.

El problema vino ya en el km23, después de coronar el pico espadan, donde le sigue una gran bajada técnica en la que se disfruta mucho corriendo. Situación que no se dio, me encontré con un tapón de unos 30 corredores, y no se podía correr ni adelantar, muchos tramos de esta bajada se hicieron andando. Con lo que deje de disfrutar en su totalidad, y cuando llegue al alto de ibola, tome la decisión de ABANDONAR, pese a los ánimos de afición, ratas, amigos y novia.

Pero…cuando estaba a punto de subirme al coche, llegaron…los corredores del saltamontes Vizcaino y Felipe, el escombrobike Jesús Marín y la gran rata Víctor que me cogieron y me llevaron con ellos hasta Almedijar.

A la llegada a Almedijar me encontré con la gran afición rata, que cuando les dije que me quedaba alli con ellos no se lo podían creer y no pararon de animar para que continuara.

La tijera de la muerte


Decidí continuar con la compañía de Víctor y Jesús que iban llenos de rampas, pero poco antes del cementerio de Almedijar, me pare y les dije que continuaran.

Estaba corriendo por correr, no estaba disfrutando y no tenía ninguna motivación para continuar. Por lo que seguí andando hasta castelnovo donde me retire con un tiempo de 4h 44min a falta de tan solo 6km.


Ahora a pensar en el siguiente objetivo: MIM

martes, 4 de marzo de 2014

Crónica XVI Maratón Espadan - Vicente -

Aznar Tenas, Vicente - Dorsal 36

Posicion: 794
Posicion/Categoria: 405
Senior M
Tiempo total: 6:48:42

Autor de la chapa: Vicente, hoy más moñas que nunca…

A las nueve de la mañana del pasado domingo 23 de Febrero se daba el pistoletazo de salida a una nueva edición de la Maratón de Espadán, edición que iba a contar con la participación de cinco ratas en busca de la gloria, Víctor y José Luis por un lado, y Nacho, Vicente y Alfredo por otro. Esta crónica muestra la visión de este último grupo, que completó los 42 kilómetros sin separarse ni un solo momento, cruzando la meta los tres juntitos, en unión y armonía…

Nos encontramos Alfredo y Vicente sobre las 8 de la mañana junto al CP Pintor Camarón, y tras cambiarnos y prepararnos nos vamos a la zona de salida para encontrarnos con el resto de los corredores locales, con los que compartimos impresiones, previsiones y obsesiones. Nos tranquiliza ver que los demás están tan nerviosos como nosotros, todos menos Nacho que fiel a su tradición, llega apurando la hora y tranquilo como si fuéramos a correr 5 kilómetros de nada. Fotos de equipo varias y sonrisas de calma tensa. Un poco de calentamiento, muy muy poco, y al cajón de salida. Los nervios de la espera, que se hace eterna, y por fin la salida. Vamos allá.

Los primeros kilómetros trascurren según el guion previsto, ritmo bajo, aglomeración y paciencia, mucha paciencia para llegar tranquilos a los primeros tapones en la senda de Rascaña. Primer destacamento rata animando y gritando, que maravilla! Gracias Vicen, Araceli y Ángela. Llegamos a dicha senda y comenzamos a caminar, debo decir que a mejor ritmo del esperado, y aquí nos juntamos con los que serán compañeros hasta el Pico Espadán: Luis y Jacinto, de Castellnovo, que se enfrentaban a su primera Maratón bajo la tutela de otro castellnovero, Luis. Personalmente me resultó bastante especial ya que era mi primera Maratón también, y daba la casualidad que mi primera carrera de montaña fue junto a Luis el día que debutaba el también, así que nos volvíamos a juntar ante un nuevo reto.


Alcanzamos la zona de pista y nos dejamos llevar por el ritmo de la carrera, cómodo y lento, aunque Nacho empieza a tirar un poco y tenemos que echarle el freno en varias ocasiones, dado que aún queda un mundo. La senda hasta Zagalorca y La Vall se hace amena, a un ritmo un pelín bajo y andando demasiado, esperando no pagarlo más tarde al correr. Finalmente llegamos al km 10, a La Vall, y allí están nuestras ratas una vez más, en nuestro sitio oficial: el puente del río. Gritos, ánimos, choques de manos… así enfilamos el ascenso al alto de Bellido con subidón de energía, hay que vivirlo para entenderlo…
La subida al Bellido podemos hacerla andando a muy buen ritmo, y excepto un tapón sin importancia en las últimas piedras, coronamos sin problemas y muy enteros. Esto va muy bien. Primera dificultad importante superada. La pista la utilizamos para soltar piernas, corremos sin prisas pero a un ritmo más alto que hasta ahora, y aprovechamos para beber un poco.  Sendeamos hasta llegar a la pista de Almedijar, avituallamiento, parada obligatoria, ya que nos hemos impuesto el parar a beber y comer en cada uno de estos puntos, no queremos pagar ningún tipo de exceso ni confianza. Andamos la mayor parte de la pista hasta la bajada al barranco malo, es una subida suave pero queremos guardar gasolina. Como he dicho antes, quedaba un mundo.

La bajada al Barranco Malo se hace incómoda, sabíamos que sería así, llevamos unos 16 km de subida y llaneo y los cuádriceps, rodillas, etc… sufren mucho siempre que se llega a este punto. Tranquilidad y precaución, ya llegaremos abajo. Finalmente alcanzamos el final de la bajada, todos bien, perfecto. Corremos y andamos por el barranco, es una senda bastante incómoda de correr y se van formanod tapones, pero nadie adelanta, se masca en el ambiente el temor a lo que viene, la subida al Pico Espadán, así que nadie quiere dar un paso de más. Subimos sin problemas a la pista y llegamos al Estuco. Otro avituallamiento. Más afición, esto nos da alas, más de las que parece. Bueno, pues empieza lo serio, ahora a muerte ya.

La subida al pico me resulta más cómoda de lo esperado, no sufro en ningún momento y nos dedicamos a adelantar a gente sin parar. Hemos dosificado bien hasta ahora. Alfredo tira hacia delante para ir más cómodo, y Nacho sufre un poco, los cuádriceps empiezan a darle problemas, así que bajo el ritmo e intento que no me pierda de vista, me da miedo que intente tirar demasiado y rompa, pero acaba de subir con mucha cabeza y corona bastante entero. Alfredo y yo nos hacemos unas fotos en el pico y lo vemos pasar, decide no parar y empezar a bajar enseguida, buena decisión. Ahora queda lo mejor y lo peor, correr 20 kilómetros después de lo que llevamos. Vamos allá, a tumba abierta.
Bajamos tranquilamente, disfrutando, queda un mundo (esta fue la expresión del día sin duda), y queremos respetar las rodillas al máximo. Llegamos al avituallamiento y nos juntamos los tres otra vez, hay sonrisas, alegría, va todo muy muy bien, pero no queremos euforias, ahí está Alfredo el optimista para golpearte con la cruda realidad siempre je je. Corremos la pista lentamente, hay que soltar, y tenemos que frenar a Nacho un par de veces, se ve que tiene prisa por llegar. Entramos al Almanzor y decido ponerme delante, ya que el ritmo que nos marca la gente me parece  demasiado lento, y marco un ritmo cómodo y constante que mis compañeros siguen sin problemas. Salimos a la pista y aquí viene un tramo incómodo, con trozos de hormigón que sacuden las rodillas como la mandíbula de Pocholo un sábado cualquiera en Ibiza. Pero vamos bien y seguimos corriendo hasta llegar a Almedijar, kilómetro 33 ya, vamos que no queda nada! “Queda un mundo”… gracias Alfredo. Aquí encontramos de nuevo a nuestra afición, nos animan, nos arropan, y nos dan el empujón necesario para continuar. Alfredo y Nacho se echan réflex en los cuádriceps, van bien aunque Nacho está empezando a sufrir de los cuádriceps, el trozo que queda va a ser duro…. Muy duro.
Nos despedimos de las ratas con la noticia de la posible retirada de José Luis, tranquilos al saber que no por lesión, y contentos al conocer el increíble tiempo de Víctor, que máquina!!!  Y a partir de aquí… la tortura. Caminos pedregosos, sendas serpenteantes buscando acumular metros, sube y bajas que van machacando las piernas y el ánimo… hasta llegar a Castellnovo, al avituallamiento de La Mina. Voy muy entero, Alfredo bastante también, y Nacho aguantando como un capitán aunque su cara da muestras de estar pasándolo mal, aunque en todo momento corrió y no dijo ni mú, ya en este punto nos dimos cuenta de la madera de la que está hecha esta rata, impresionante…

Nos quedaba un tramo demasiado conocido como para no temerlo, primero con el camino hormigonado que a esta horas es una placa solar hirviente, y luego la Artelina, con una subida que no se hizo tan dura como esperábamos, y con una terrible bajada que compensó la subida resultando dos veces más dura de lo que deseábamos. Bajamos hasta el río y comenzamos el tramo que me resultó más duro personalmente. Hasta aquí yo iba perfectamente, sorprendido de mi estado físico… hasta aquí. El siguiente kilómetro y medio pagué la insolación y el calor, llevaba avisando a Alfredo unos kilómetros, pero esperaba llegar al final antes de “petar”. El tramo de cañas fue mi tumba, perdí la energía e incluso me mareé, y aquí es donde no tengo palabras para agradecer a mi compañero Alfredo lo que hizo, a pesar de estar en las últimas: se puso delante y empezó a tirar, a correr incluso en los repechos, contagiándonos una energía que nos llevó a Nacho, a mí y a otro corredor moribundo que habíamos adoptado en Castellnovo hasta la fuente de La Teja. Salir a terreno abierto y sentir algo de aire fue la vida, y así subimos caminando hasta la última cuesta de las huertas, y así enfilamos la meta de llegada, donde los gritos de nuestros compañeros, de la gente, de los otros participantes, te hace sentir grande, muy grande… y cruzar la meta con dos amigos y compañeros como Nacho y Alfredo es algo muy emocionante, al menos para mí lo fue.

Abrazos, cerveza, caras de cansancio y alegría, y el orgullo de haber conseguido un reto como este llenaban la zona de llegada. Cogimos nuestra bolsa y nos despedimos, Nacho con sus padres, Alfredo a Valencia, y yo con mi hermano/preparador/rata Ignacio. Increíble…

Personalmente, me quedo con varias cosas de esta Maratón de Espadán: en primer lugar, agradecer a mis amigos Nacho y Alfredo sus 42 kilómetros de esfuerzo, valentía y sacrificio, como ya dijimos “el sacrificio nos llevará a la gloria”; a mi hermano su esfuerzo para prepararme y entrenarme, y por su confianza en mí; a Víctor y José Luis por ser unos máquinas a los que un día pillaré je je; a todos y cada uno de los miembros de La Ratica Corredorica por estar animando y apoyando en todas las carreras y sobretodo en esta, de verdad no sabéis como empuja el teneros ahí. Me quedo con el haber superado un reto, quizás para otras personas no pasa de ser una carrera más, una oportunidad de mejorar tiempo… para mí era un objetivo, un sueño, que por fin he cumplido, y de forma espectacular.

En fin, que perdón por el rollo, sé que preferís mis crónicas humorísticas pero esta ocasión era especial, así que os aguantáis… Siempre había escuchado que una Maratón es un desafío en solitario, que cuando corres estás solo, pero yo jamás había corrido con tanta gente a mí alrededor, jamás me había sentido más arropado, ni más agradecido… que grande es La Ratica!!!!!! Aupaaaaa!!!!!!!!